LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA: NUESTRA VIDA (APD 1961. 186-195)
En esta Solemnidad del Corpus Christi, San Pablo dice: (1Corintios 11,23-29.) Yo os he dado aquello que he recibido del Señor Jesús, el cual la vigilia de su pasión y muerte instituyó el Santísimo sacramento del altar. Dice San Pablo: después de la Cena Jesús consagró el Pan cambiándolo en la sustancia de su cuerpo y consagró el cáliz que contenía el vino y cambiándolo en la sustancia de su sangre. Así nosotros tenemos a Jesús siempre con nosotros, porque después de haber comunicado a los apóstoles o mientras les comunicaba agregó, Jesús: “haced esto en memoria mía: cada vez que lo hagáis hacedlo en memoria mía. Renovar el Sacrificio de la Cruz en el sacrificio de la Misa.
He aquí que San Pablo nos presenta la Institución de la Santísima eucaristía, la institución de la Misa, la ordenación de los sacerdotes al mismo tiempo, y las disposiciones para comulgar santamente.
Estas disposiciones son dos esencialmente: el estado de gracia y la recta intención, como había escrito S. Pio X en el decreto sobre la comunión de los niños que quería que accedieran a la comunión. Apenas puedan distinguir pan de Pan, o sea el pan común del pan Eucarístico.
Eucaristía que nos obliga a dar gracias al Señor. La Eucaristía es en primer lugar el sacrificio de la nueva Alianza.