Los grandes amigos de San Pablo
La vida de Timoteo
Timoteo nace en Listra (a cerca de 2000 km a Noroeste de Tarso) de madre judía y padre pagano. La figura de Timoteo resalta como la de un pastor de gran importancia. Según la posterior Historia eclesiástica de Eusebio, Timoteo fue el primer Obispo de Éfeso. Algunas reliquias suyas se encuentran desde 1239 en Italia en la catedral de Termoli en Molise, provenientes de Constantinopla.
La vida de Tito
Tito es de familia griega, aun pagana, y es convertido por san Pablo en uno de sus viajes apostólicos para luego volverse colaborador suyo, compañero y hermano en el apostolado. El Apóstol de las Gentes lo lleva consigo a Jerusalén, para el así llamado Concilio apostólico, justo en el momento crucial de la controversia en relación al bautismo de los gentiles. En Corinto Tito es enviado nuevamente por Pablo – que lo califica como “mi compañero y colaborador” (2 Cor 8,23) – para organizar la conclusión de las colectas en favor de los cristianos de Jerusalén
Dos fieles siervos del Evangelio
Según la tradición, Pablo escribe dos cartas a Timoteo y una a Tito. Son las únicas dos cartas del Nuevo Testamento dirigidas no a comunidades, sino a personas. El Apóstol, ya anciano, se deja llevar a anotaciones ricas de afecto hacia sus dos discípulos, satisfecho por haber puesto en sus manos el anuncio del Evangelio. Según Benedicto XVI, Timoteo y Tito, “nos enseñan a servir el Evangelio con generosidad, sabiendo que eso comporta también un servicio a la Iglesia misma”. (BENEDICTO XVI AUDIENCIA GENERAL Miércoles 13 de diciembre de 2006)